Después de desayunar consistentemente (y reconstituyentemente), esperamos la llegada de Mario en quad, con quien habíamos quedado el día anterior para ir a visitar Cumbe Mayo.
Después de esperarle un ratito (unas dos horas, jaja), apareció preparado para la aventura con su moto, donde íbamos a ir los tres bien apretujaditos. Mochileto recogió unas tablas de madera para añadirles a los hierros que tenía como asiento, y Mochileta en medio, resguardada.
Empezamos a subir por las calles de Cajamarca hasta las zonas más pobres, en las laderas de la montaña. La chancha (moto) se ahogaba cada dos por tres con la subida, y nosotros nos meábamos de risa parando para que descansara.
Después de una hora y media aproximadamente, llegamos al inicio de nuestra excursión, donde nos recibió un abuelito del lugar, amigo de Mario, con quien conversamos un rato. Bajando al bosque de piedras de Cumbe Mayo, Mario nos contó la leyenda de las figuras que representaban las piedras, espíritus malignos que fueron petrificados por sus malas acciones...
Atravesamos una cueva muy estrecha en las primeras estructuras, donde unos niños nos pedían propinitas por hacer guías. Más adelante, llegamos a otra cueva donde la gente hacía sus ofrendas a la Pachamama, y nosotros no íbamos a ser menos. Hicimos el ritual, derramamos agua con unas hojas de coca y dimos gracias... y Mario fumó un cigarrito de la risa, también fruto de la tierra. Estando allí, se acercó uno de los niños pidiendo, y Mario le dio una lección muy buena: no hay que pedir sin ofrecer algo a cambio (un cuento, una canción, una explicación de la zona...). Le instó a que nos contara alguna historia, le regaló uno de nuestros folletos para que lo leyera y pudiera ser algún día un buen guía, y le dio 4 soles para que comprara unos huevos y los vendiera a los visitantes. Fue un momento muy bonito, y nuestro amigo casi nos hizo llorar con sus buenos gestos.
Pasamos a un área extensa de piedras de formas fálicas, donde mujeres vendían huevos sangochados y bolsitas de Travesuras (galletitas de chocolate con bolitas de azúcar alrededor), que luego compramos. Llegamos hasta los antiguos canales de agua, muchos con relieves tallados en forma de peces y figuras geométricas.. Del inicio de estos canales salía agua pura, de la que Mochileto se atrevió a beber.
La niebla cubría los cerros cuando ya estábamos de vuelta, y volvimos a la casa del a abuelito a recoger la moto. Allí tuvimos una mala experiencia, y es que los perros atacaron a Mario, pero por suerte no pasó nada. Nosotros, por si acaso, nos armamos con nuestros bastones de caminar, y en la bajada nos hicieron falta, porque los perros se nos avalanzaban como locos. También probamos el deporte de aventura cuando Mario nos quiso bajar por cuestas escandalosas a la vista, pero sobrevivimos gracias a nuestros gritos.
A la vuelta de la excursión, quedamos con Mario para cenar esa noche y despedirnos, ya que cogíamos el bus a Chachapoyas a las 4:30h de la madrugada. Llegamos a casa de Herbert, recogimos nuestras mochilas y fuimos todos a cenar... Bueno, casi todos. Mario sufrió un esguince en una caída justo cuando venía a nuestro encuentro. Nos había traído un regalo: un relato suyo contando la leyenda de Cumbe Mayo. Nos dio mucha pena que no pudiéramos despedirnos de buena manera, pero lo bueno de todo eso fue que ahora disfruta de unas vacaciones descansando.
Esa noche cenamos lomo saltado, mientras compartíamos cerveza y unas últimas risas, pero nos acostamos pronto, ya que teníamos que madrugar bastante y aguantar todo un día en autobús por una carretera un tanto siniestra...
Se abren las apuestas, señores! Llegarán Mochileto y Mochileta a ver el Machu Pichu? La cosa está que arde! Parece que han sobrevivido a la prueba del quad tuneao con maderas y a una jauría de perros locos. La cagalitis amaina y las patas de mochileta ya no duelen. Pero... ¿sobrevivirán a los peligros que les esperan próximamente? Mmmm... hagan juego señores!
ResponderEliminarLa cuarta foto me encanta! Sobre todo si le arreas al zoom para verla al detalle.
Oye, y me doy cuenta de la cantidad de platos que probáis. Creo que me gustaría. El lomo saltado, por ejemplo, es sencillo y rico. El ceviche de conchas parece bueno. Mira, al menos coméis bien y variado (de momento) y sin cochinerías extrañas (de momento..ajjjj). Mochiletos, tenéis que aprender a preparar el ceviche, vale? Yo pongo las cervezas. No me vengáis aquí sin aprender. Es una orden! Basta ya de arroz con pepino!
Bueno, como sé que vamos a estar muchos días sin poder leer estas pinceladas perroflaúticas a la par que escuetas y discretas, os deseo buen viaje y salud, queridos Mochiletos. Sobre todo salud!
Mami blues (pa compensar lo de los Hombres G, que todavía me retuerce las tripas, jajaja)
NO, Y,NE hola que aventuras vamos con al quad vamos que agarraos sois mira que el viaje com palos no los pasa nada porque dios no quiso porque creo que aviarais al qilado dos las piedras dibujos que tienen están mui bonitos pero yo no voy air madre los perros los pillan las canillas las perdéis pobre perros tan poco hubieran pillado mucha chicha , bueno menos mal que lo abeis podi contar chau besosbesos
ResponderEliminarNE, Y,NO hola hay que ver mochileto no me puedo creer que esos niños que fueron a pedirlos algo no le dieras nada que rata que sitios todo son historia para no dormir Jo tío no te da yuyo bueno creo que en estos momentos lo estaréis pasando bien porque toda vía falta para que veáis el comentario ,
ResponderEliminarel motero si que tuvo mala pata que se la porreo y no pudiste des pedirse que lo paséis bien besos muchooooo
Parece que os estáis haciendo fuertes. Lo digo por cómo relatas vuestro suceso con los perros "Pues nos atacaron unos perros como locos, pero bueno, llevábamos palos, no nos pasó nada". La próxima será similar a: "se cayó el quad por el barranco y mira, rodamos un poco".
ResponderEliminarLas vistas de esta entrada... espectaculares.