De la montaña a la selva

18 de Septiembre de 2014.

A las 8:30h de la mañana salía nuestro bus (o mini-bus) a Tarapoto, ciudad en zona de selva. Aunque de ahí íbamos a coger otro autobús que nos llevara a Yurimaguas, desde donde luego cogeríamos un barco para adentrarnos en lo verde.

El autobús era estrecho, y nos tocó estar apretujados y pasando mucho calor durante las 8 horas que duraba el viaje. Además, nos tocó al lado a una mujer muy religiosa que no paró de hablar ni un solo segundo para respirar.



El bus paró en Moyobamba para comer, y comimos en la misma estación, ya que solo teníamos media hora. Nos sirvieron res en salsa, arroz y puré de papas, y casi nos atragantamos con las prisas.

Dos horas más tarde, llegamos a Tarapoto, ciudad con un ambiente muy tropical, y tuvimos que quitarnos los jerseys y quedarnos en manga corta. El calor era insoportable. Hay que decir que durante todo el trayecto, en cada parada del autobús se acercaban vendedores ambulantes ofreciéndote aperitivos, y nosotros compramos de todo para matar el aburrimiento: caña de azúcar (riquísima!), maní confitado, mandarinas...

El paisaje había cambiado. Ahora se notaba la selva por todas partes. Zonas muy montañosas con verdes de todas las intensidades. Palmeras, cocoteros, plataneros... Ahora solo nos quedaban dos horas más para llegar a Yurimaguas, así que en la misma estación de Tarapoto buscamos un bus, y como todas las combis de aquí, salían cuando se llenaban. Menos mal que se llenó pronto.



Vimos atardecer por el camino, subiendo y bajando montañas verdes. El camino se nos hizo más amenos, porque nos pusieron unos cds en el trayecto con historietas: la primera, muy bonita, sobre el respeto a los mayores. La segunda nos hizo cabrearnos: mensaje antiabortista de un bebé en el vientre de la madre. La tercera ya la veíamos venir: Jesús es lo más grande. Ya no hubo cuarta. Lo demás fueron todo chistes.

El bus iba parando para dejar a los pasajeros, mientras vendedores se acercaban ya de noche para ofrecernos pan y gelatinas. El ruido que había entre los árboles era tremendo. Grillos y ranas gritando como si no hubiera un mañana...

El final del viaje se hizo un poco ajetreado, ya que el conductor se puso hecho un loco en la carretera. Se ve que tenía ganas de llegar, pero le llamamos la atención. Vaya cabreo que pillamos, así que en la llegada nos pidió que le ayudáramos a bajar los equipajes y le dijimos que no. Además, empezaron a acercarse conductores de mototaxis agobiándonos para llevarnos a la Plaza de Armas, y Mochileta tuvo que sacarse la navaja de la riñonera para espantar. Cogimos un motocarro que estaba parado, acordamos un buen precio y salimos de allí pitando.

Fuimos directamente al hotel que habíamos mirado en la guía de Lonely Planet (El Naranjo), y nos quedamos con una habitación con aire acondicionado, al lado de una piscina y un jardín. Nos costó un poco cara, pero era de noche y no pensábamos salir a investigar. Así que subimos a cenar al restaurante, que era una chifa, y pedimos chaufa especial. Después de quedarnos en tirantes y pantalón corto, y de habernos rociado de antimosquitos, nos fuimos a dormir bien fresquitos.


Prometemos para la próxima fotitos más jugosas...

4 comentarios :

  1. La panzá de autobús que os estáis metiendo no tiene nombre.
    Cuando lleguéis aquí podréis ir un día a tomaros unos percebes de aperitivo a Vigo y volver el mismo día sin inmutaros. Qué aguante tenéis!
    Las hemorroides bien?

    Nenaaaaaaaaaaaa, pero cómo se te ocurre sacar un arma???? Ay la virgen, pero qué disgustos que me llevo!
    Mochileto, contenla por favor! Requísale eso inmediatamente! Es una orden!


    Maminavaja

    ResponderEliminar
  2. NE, Y NO, que medio de trasporte mas vales coger el autocar del tío Gomáriz que se le salía la rueda y no pasaba nada pero esos conductores que los tocan estan todos algo tocados pero menos mal que IVA la señora rezando osino nose si se hubierais salvado madre mía las porquería que me coméis menos mal que el hotel era bueno medio bueno pero era un lujo tener aire acondicionado cuidado con las armas ahí dios mío que los van aenserra por ahí me asustáis y mesospredeis comportarse aunque ahí no ahí compostura ahí que sustooooooooo g
    uau

    ResponderEliminar
  3. jajajaja qué panzá a reir jaja

    mira que son cansinos por ahí con la religión, te la endosan donde sea, la Virgen Santa! jajaja huy qué irónico, como sacarse la navaja pa llega a la Plaza de Armas jajaaj normal que gritaran los grillos y las ranas ...del susto!!

    maní es cacahuete no? y chaufa?? mmmm comidarrrrrrrrr exóticarrrrrr

    ResponderEliminar
  4. Por fin capítulos de selva! A ver los siguientes...

    ResponderEliminar